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“OLOR DE SANTIDAD” , “OLOR DE MALDAD”, ‘OLFATO INVESTIGADOR’ Y ASTROLOGÍA.

A propósito del tema,  veamos algunos extractos de Omar Garrison , de su obra “Tantra-Yoga”:
“El olor constituye tal vez la forma más antigua que se conoce para influir sobre los dos instintos más profundos del hombre: el sexo y la religión. Y utilizando, a su vez, estos dos impulsos primarios, ha determinado el destino de imperios y gobiernos, y la suerte del rey tanto como la del hombre común.”


Conocedores del poder secreto de los perfumes, los sacerdotes y los brujos de antiguas civilizaciones elaboraron ungüentos de un poder tal, que la fragancia que de ellos emanaba ha perdurado por miles de años. Cántaros y vasijas sellados de alabastro y ónix, encontrados en las tumbas de faraones egipcios y abiertos recientemente, han hecho sentir el embriagante aroma del nardo y el bálsamo. Los estudiosos están de acuerdo en que los religiosos fueron quizá los primeros en hacer uso de los olores agradables. El incienso y los holocaustos como parte de los ritos religiosos se remontan a épocas remotas. Los egipcios, caldeos, hebreos, griegos y romanos, todos ellos creían que el humo de sustancias gomosas y especias olorosas que ascendía al cielo desde sus altares, habrían de deleitar a los dioses. De ahí nace el nombre de perfume, que deriva del latín perfumum, que significa "por" o "mediante humos"..
Los sacerdotes de esas culturas antiguas eran conscientes de que las sustancias aromáticas usadas en ceremonias religiosas no sólo agradaba a los dioses, sino que  también influía en el estado mental de los fieles.
Notando este hecho, un escritor moderno observó recientemente:
"Esta disposición mental (fervor religioso) se debe en gran medida a la inhalación de los constituyentes terebintinados volatilizados del incienso, lo que produce un efecto obscuro y perceptiblemente estimulante sobre el centro de erección: si el efecto fuera más fuerte, excitaría emociones eróticas distintas con la erección, pero  sólo produce emociones religiosas devocionales, evidenciando, sin embargo, la estrecha relación de nuestras pasiones sexuales y religiosas ".
En las escrituras hebreas, es Dios mismo quien manda a Moisés "hacer un altar para quemar incienso". Después de establecer las dimensiones exactas y los materiales que se utilizarán en la construcción del altar, Jehová le ordena que Aarón queme incienso sobre él cada noche cuando encienda las lámparas. "Él quemará incienso sobre él, incienso perpetuo delante de Jehová por vuestras generaciones." Dios también dio a Moisés la fórmula para un aceite de la unción santa para ser usado en la consagración de Aarón y sus hijos al sacerdocio. Este uso del aceite ungido perfumado se extendió más adelante a los ritos de investidura de los  monarcas con "el derecho divino de reyes" en las ceremonias de  coronación.
En junio de 1953, a más de 3.500 años de la época de Moisés, Isabel II fue ungida con los óleos sagrados, al ascender al trono de Inglaterra. La fórmula del aceite que se utilizó en aquellas ocasiones es un secreto celosamente guardado. No obstante, en los días de la coronación de la reina, en un artículo que se publicó en la revista profesional británica Pharmaceutical Journal, se daban algunos de los componentes del mencionado aceite, a saber: aceites esenciales extraídos de la flor del naranjo; de rosas, canela, jazmín y sésamo; junto con benzoína, almizcle, algalia y ámbar gris. Según el editor del Journal, "el aceite tiene una fragancia rica y peculiar; cuando está recién elaborado su color es ámbar, pero el tiempo oscurece ese color, y el perfume se vuelve suave y precioso" (1).
Aparte de en los templos y los palacios, los perfumes han sido utilizados por siglos también con fines profanos en todos los países del mundo. El uso más común, naturalmente, ha sido perfumar el cuerpo y las vestimentas. Esto se hace ostensiblemente por razones estéticas. Sin embargo, en la realidad los motivos subyacentes han sido el estímulo y la seducción sexual. Este hecho no se presenta en parte alguna con más claridad que en los relatos históricos sobre las grandes cortesanas y seductoras. Jezabel, Mesalina, Dalila, Thais, Friné, Cleopatra, la emperatriz Josefina; toda la literatura, la sagrada tanto como la profana, está repleta de historias de mujeres cuyo extraño poder sobre los hombres derivaba en gran medida del mágico arte de la perfumería. Plutarco nos cuenta cómo utilizaba Cleopatra el perfume para seducir a Antonio y para "despertar y encender furiosamente la pasión que estaba dormida y latente en su naturaleza.
Sigue describiendo cómo su famosa barcaza con popa dorada, velas púrpuras extendidas y remos de plata llegaron navegando por el río Cyndas para conocer a Antonio por primera vez. La gente a lo largo de la orilla estaba envuelta con nubes de perfume que salían de su embarcación a medida que se deslizaba.
En su obra "Antonio and Cleopatra", Shakespeare dice de la Reina del Nilo:
“Estaba tan perfumada que los vientos estaban enamorados”.
Que el sentido olfativo pueda ser utilizado para despertar profundos deseos naturales no es sorprendente cuando se considera que los ingredientes esenciales de la mayoría de los perfumes están relacionados con la función sexual de animales o plantas. Por ejemplo, el almizcle, el perfume animal cuya popularidad data de la aurora de la civilización, se obtiene de una glándula desarrollada por el venado macho como señuelo sexual.
Darwin afirma que la glándula y su secreción representan un poderoso producto final de la selección natural. Comenzando años atras, el venado macho que exudaba el olor del almizcle atraía más hembras que los menos abundantemente dotados. Como consecuencia, dejaba un mayor número de descendientes.
Éstos, a su vez, estaban sujetos al mismo principio de la selección natural, con descendientes que producían glándulas cada vez más potentes.
Hoy en día, un solo grano de almizcle puede perfumar varios millones de pies cúbicos de aire sin ninguna reducción notable en su tamaño.
A medida que el conocimiento del almizcle y sus propiedades afrodisíacas se difundieron, la demanda del mismo creció, especialmente entre los reyes, rajahs, sibaritas y cortesanas.
Fue el perfume favorito de la emperatriz Josefina, quien siempre llevaba consigo un pañuelo bordado impregnado de él. Se dice que lo usaba en cantidades tan considerables para excitar la pasión de Napoleón, que las paredes de sus apartamentos siguieron exudando la fragancia del perfume
durante muchos años.
Los historiadores nos hacen saber igualmente que Enrique IV de Francia fija la fecha en que se enamoró de Gabrielle d'Estrees en el momento en que ésta le entregó su pañuelo saturado de almizcle para que se enjugara la transpiración dz la frente durante un baile en un salón donde hacía mucho calor.
Los biólogos y los que estudian el comportamiento humano han adelantado la teoría de que en tiempos remotos el perfume constituía el primordial factor de atracción entre los sexos. Creen que con posterioridad aparecieron otras relaciones más delicadas. Con el desarrollo de estas atracciones más sofisticadas, el perfume pasó a un segundo plano.
El de la verbena, parecido al del limón, incitaba a los hombres a la ebriedad. En la India, el incienso y las esencias fragantes figuran aún hoy en todos los ritos de adoración hindúes. El olor del dhoop y la dhoona flotan diariamente dentro de todas las capillas y templos. Pero la mayoría de los tantristas emplean los perfumes en forma más personal y conducente. Su fin principal es estimular el muladhara o chakra raíz, en el que la energía del kundalini yace enroscada. Este centro sutil está vinculado en forma directa con el sentido del olfato, y ciertos aromas influyen sobre él con facilidad. De acuerdo con ello, los tantristas (en especial los vamacharis) emplean determinados aceites esenciales en la forma prescrita por sus gurus individuales.
Por lo general los aceites que se utilizan en estos ritos son uno o más de los siguientes: almizcle, jazmín (champak), pachulí, nardo, sándalo y azafrán. Los miembros de algunas de las sectas más oscuras de los Maulas, frotan con perfumes varios distintas partes del cuerpo de sus mudras (copartícipes del rito sexual). Se usa jazmín para las manos, pachulí para las mejillas y los senos, nardo para el cabello, almizcle para el mons veneris, sándalo para los muslos y azafrán para los pies. La mayoría de los Shaktas siguen sin embargo un procedimiento más sencillo, como veremos en el capítulo dedicado al ritual secreto, es decir, el rito ultérrimo del tantrismo, que culmina con el maithuna o sea la unión sexual ceremonial. El almizcle y el pachulí (o los perfumes que los cuentan como ingredientes más dominantes) son los perfumes. La literatura, tanto de oriente como de occidente, contiene muchas referencias al "olor de la santidad". Un dicho frecuentemente citado en la India es que "La fragancia de una flor viaja con el viento, pero el olor de la santidad viaja contra el viento".
Del mismo modo, los primeros historiadores cristianos han registrado los olores específicos asociados con varios santos. Así, se dice que San Francisco de Asís olía a limón; San Cayetano a flores de naranja; Santa Catalina a violetas; San Trevere a lirios; Santa Rosa a la flor del mismo nombre; Santa Teresa a jazmín y raíz de orris; Y Santa Lidwina a canela.
Una vida maligna exhala su propio olor fuerte peculiar, también, así como el del santo perfuma. El famoso detective francés, Vidocq declaró una vez:
“Ponedme en una multitud de mil personas, y sólo por el sentido del olfato, señalaré a cada violador de la ley moral.”
“Él sostuvo que cada rama de la profesión criminal tiene su propio olor, y que había aprendido a identificar a cada uno.”
En su mayor parte, sin embargo, los misterios del olor, que fueron explorados tan plenamente por los antiguos, se han dejado en gran parte a los químicos comerciales ya los cosmetólogos en las tierras occidentales”. Hasta aquí Garrison.
Veamos ahora qué nos amplía y complementa sobre la materia el sabio maestro Rosacruz, Dr. Arnold Krumm Heller:
“Cuando estamos aniquilados bajo la impresión de preocupaciones diarias, lo que nos calma la vida de una obra de arte o bien el escuchar una suave y alegre música. Pero, en tales casos, nada actúa en nosotros en forma más benéfica que el emplear a tiempo el perfume adecuado. El mal olor nos pone recelosos y pesimistas. El buen perfume, en cambio, nos infunde coraje, influye en nosotros vitalizándonos.”
“Hay un dicho antiguo que dice: “Al villano no se le puede sentir el olor”. Ese dicho encierra una profunda verdad. Existen personas cuyo olor no podemos soportar, cuya cochambre nos repugna, cuyo encuentro tratamos siempre de evitar. No obstante, estas personas tienen relaciones, amigos que las quieren, que se sienten atraídos por ellas. Ante esto nos viene a la mente otro proverbio: “Lo que para unos es un buho, para otros es un ruiseñor”; y todavía un tercero: “Cuando dos hacen lo mismo, es que no es lo mismo”.

“Con el apretón de manos con que nos saluda una persona, como es costumbre establecida, no podemos recibir una impresión exacta de aquella persona, conociendo su olor, en cambio, podremos saber en seguida si aquella persona nos será simpática, indiferente o antipática.
Es costumbre en España y en la América Latina el besarse las mujeres entre sí al encontrarse; con esta costumbre tienen ocasión de percibir el olor, pues está probado que en estos casos el papel principal corresponde no tanto a la fina sensibilidad de los labios, sino al olfato.
En la Biblia se citan casos en que un hombre se echa a la cama junto a otro para curarlo por influjos vitales. ¡Así también, cuántas veces no sucede que un beso materno, ardiente, de amor profundo, salva la vida del hijo!
La química moderna debe encontrar todavía muchas esencias magníficas. Para mi olfato nada hay más delicioso que los efluvios de una criatura; huelen a vida, a arrebato, a amor inocente.”
“También las razas, como hemos visto, están separadas o ligadas entre sí por el buen o mal olor. Con la fina indagación racial de hoy el olor para nosotros extraño de otras razas, constituye un importante momento psicológico. Para nosotros, blancos, no hay nada más horripilante que el olor de una negra”.
“Yo tengo amigos negros, hombres de talento y de sociedad y me han confesado que ellos sienten lo mismo al aproximarse a una blanca, que les huele a cadáver. A uno que le recordé tantos matrimonios de blancas con negros, me contestó que eran perversiones que no deberían existir.
En las cabañas de los indios quetchuas sentí también un olor que se me quedó pegado por mucho tiempo. No digo que fuera desagradable, sólo que era diferente al olor de los indios mexicanos. En ambos casos, la emanación quedóme adherida por mucho tiempo.
Es cierto que podemos apartarnos de una persona que huele mal, pero existen casos en que depende del olor nuestro y del de nuestros semejantes el éxito de un asunto. Para eso está indicado el uso de un perfume especial que convenga a nuestra personalidad, uso que debería convertirse en una verdadera necesidad.”
“Tenemos personas que nacen con cierta simpatía, tienen un olor personal, en su presencia nos sentimos bien, basta que estemos con ellas para que nos animen en la conversación. En su presencia nos sentimos hasta más sanos; parece que nos carguen con sus efluvios personales. A estas personas les salen siempre bien sus asuntos; si son médicos, tienen una buena clientela; si abogados, lo logran todo con éxito; sí son comerciantes disfrutan del favor del público; etc. Personas así parece que nos benefician con sus emanaciones, parece que bebemos sus efluvios. A veces no nos explicamos cómo un hombre de tortura, buen mozo, se haya casado con una mujer más o menos fea; pero el hecho es que en su matrimonio todo va bien; son felices. Se explica este hecho por haberse encontrado dos emanaciones armonizantes.
Hoy sabemos que por medio de un perfume preparado por un buen osmoterapeuta, un perfumista hábil y experimentado que proporcione el perfume personal adecuado a una persona,ésta puede modificar sus emanaciones en un sentido favorable, lo llamarán en toda la actividad que emprenda “persona de confianza”.
“Quien está arrastrado por el torbellino de la vida, debiera imponerse como una necesidad indispensable el hacerse preparar el perfume propio, individual, conveniente, de la misma forma que lo hace para elegir sus vestidos, sus zapatos, su corbata. Para muchos, y
de esto estoy seguro, sería el camino del éxito, el acercamiento a la meta que tratan de alcanzar.
Los niños, todavía no alejados de la naturaleza ni embotados por el goce de la carne, del alcohol y del tabaco, como nosotros los adultos, involuntariamente contaminados, estiran sus bracitos hacia las personas que huelen bien, mientras de las otras apartan la cabeza y lloran.
Es sabido que las personas que ocupan su vida en trabajos espirituales o cerebrales y que en su alimentación prescinden de todo condimento fuerte, sobre todo los vegetarianos, no emiten ningún mal olor después de muertos.
Este hecho ya lo hemos mencionado. Se ve comprobado al hablar del caso de algunos santos que después de muertos desprendían un olor agradable, aún siglos después, cuando sus restos eran transportados a otras sepulturas.”
“Todo el mundo sabe hoy día que las glándulas de secreción interna influyen en el crecimiento y desarrollo, en la formación y deformación, en la salud y enfermedades de nuestro cuerpo. Apenas se descubrió ese misterio de las glándulas, cuando ya entró la terapéutica materialista y se hicieron preparados de glándulas animales para recetar a los pacientes. Y, efectivamente, algunos tuvieron una maravillosa actuación. Recordemos la “tyroidina”, producto de la glándula tiroides; la “adrenalina”, de las cápsulas suprarrenales; la “pituitrina”, de la glándula pineal, y la “insulina”, tan empleada en la diabetes.
Así como ya lo manifesté, la química moderna extrajo esas substancias y el éxito fue atronante; sin embargo, le falta mucho para llegar a hacer lo que fabrica la naturaleza.
Por otro lado, perdura el eterno error en nuestra fe en la alta potencia de los preparados materiales, en vez de prepararlos y administrarlos en forma de gas.
Lo interesante fue que se probó un abono de plantas con “hormonoides” sexuales femeninos, y con ellos se obtuvo un magnífico crecimiento de los vegetales. Sabemos que muchas de las hormonas sexuales provienen de las plantas y las provenientes de animales poseen un olor especial, y así se sabe que cierto olor vegetal tiene relación con la sexualidad. Así se explica, que ciertos insectos vayan a determinadas plantas a libar atraídos por un olor peculiar. ¿Quién no conoce la influencia de la hierba valeriana sobre los gatos?. Cuando muchachos, en la escuela, nos divertíamos con el siguiente experimento: poníamos raíz de valeriana en un saco y orinábamos encima. Luego lo dejábamos en el jardín y nos poníamos al acecho; al poco rato empezaban a acercarse todos los gatos de la vecindad, a veces hasta veinte y treinta gatos. Esto se explica porque la hierba valeriana así preparada desprende un olor igual al de la gata.
Esa atracción sexual con base química se llama quimiotaxia, siendo, sin embargo, el fenómeno en su intimidad cosa de secreciones internas y emanación de rayos.
Las porciones que en la Quimiotaxia actúan como substancias químicas son increíblemente mínimas. Bruno Wílle dice en un artículo “Fisiología estimulante de Eros”, que no solamente las atracciones sexuales, sino también las sociales entre los individuos de una especie que vive en sociedad, se roza ligeramente con la Quimiotaxia y tiene así raíz con el erotismo propio de cada caso.
Cuando un perro levanta su pata para hacer sus necesidades junto a un árbol, lo hace siempre después de haber olido el árbol (pared, columna, etc.), percibe con su olfato la orina que dejó antes otro perro y ese olor le provoca ganas de orinar.
En las altas llanuras del Asia Central, el almizclero hembra, en la época de celo (meses de Mayo y Junio), percibe a centenares de leguas el olor característico del macho, emanado de un producto que todos conocemos y que es pagado a precios exorbitantes.
En la nariz del animal aludido, se encuentran los ramos nerviosos que provocan esa secreción amorosa que preside a las funciones genitales. Cuando vemos a los toros u otros animales oler antes de verificar el acto, es que se cargan de unas emanaciones vitales que salen de la hembra, que les dan ánimo y potencia sexual.
Sabemos que la perfumería barata, solo inspira repugnancia, sobre todo a las mujeres del gran mundo. Acontece lo contrario con los perfumes finos, cuya base es el almizcle, el ámbar gris, el cipeto, etcétera, y que son de uso íntimo; no tienen otro objeto, para las mujeres, que provocar al hombre, pues les trae la sensación genital por medio del órgano del olfato y estimula esa fuerza misteriosa en que reside el poder genésico de todo lo creado.
La fisioterapia consigue la curación de la impotencia de una manera segura, siempre que no haya ya lesión material del sistema nervioso, ni del órgano sexual Wasmann recalca repetidas veces el importante papel que desempeña en las investigaciones sobre las hormigas el olor del nido (hormiguero), tanto que, por ejemplo, al transportar hormigas a sus huéspedes de una casa a otra se exige una cuarentena, por algunos días los insectos que se van a transportar, pues de otro modo el olor extraño suscita un tratamiento hostil al nuevo huésped. Además, Wassmann probó que el apego de las hormigas a ciertos escarabajos proviene de la quimiotaxia, pues las hormigas se deleitan igualmente con una especie segregada por aquellos coleópteros.
De este modo, cualquiera puede presentarse a un hormiguero y devastarlo excitando a las hormigas a matarse unas con otras. Este es un problema vital en el Brasil donde la plaga de las hormigas ocasiona daños que llegan á millones y millones de dólares. Es tan grave aquello que hay un dicho entre los brasileños que dice: “O el Brasil acaba con las hormigas o las hormigas acaban con él”. Cuando en aquella gran República quise experimentar mi sistema con las hormigas, ya que el gobierno ha gastado millones inútilmente, me encontré con dificultades, pues sí no hubiese sido por un periodista estúpido y dos médicos charlatanes que me atacaron habría quizás adelantado en la resolución de ese problema, pero hay gentes que tienen la manía de combatir todo noble empeño. De todas maneras, advierto a los químicos brasíleros que mi camino es el único seguro.
Idénticas propiedades odoríferas debida a las secreciones internas, deben tener los microorganismos, los bacilos, por ejemplo, y está probado que ciertos vapores tienen acción bactericida.”
Según Krumm Heller, el escritor hindu Sara Chandra Das refiere que el incienso borra la mancha de los pecados: “tuvimos oportunidad de conocer idéntica costumbre de los cristianos coptos, según la cual el creyente confiesa sus pecados ante el incienso y espera, de este modo, obtener el perdón de ellos. Según el obispo Leadbeater, eso sucede porque nuestros pecados y faltas repercuten en el cuerpo astral y son eliminados por los perfumes que tienen acción astral.”
Pero volvamos a François Eugène Vidocq, quien luego de ser un consumado delincuente, pasó a convertirse en un experto detective e Investigador privado, llegando a ser el primer director de la ‘Surete Nacional’ (policía nacional francesa), y fundador (1811) y director de “una unidad de prevención del crimen que llamó La Brigada de Seguridad, una institución oficial como la policía secreta, que tenía como misión vigilar estrictamente pero de incógnito a los antiguos presidiarios propensos a reincidir y a los conocidos criminales de la ciudad, con libertad absoluta para detener a quién creía necesario”, según leemos en un artículo.

Nacido en Arrás en la lluviosa noche del 23/7/1775, en medio de truenos y relámpagos (según se reseña alli también), presenta un mapa natal bien interesante y revelador a propósito del tema y lo afirmado por él. En efecto, por todo lo expuesto, y según lo confirma la medicina moderna, no hay duda de la íntima conexión entre la nariz (los nervios olfativos, trigémino) y los órganos sexuales.
Ahora, astrológicamente, la nariz, el sentido del olfato y la respiración son regidos por Plutón, astro que tambien simboliza esa poderosa energía de transformación y regeneración que es el agua de la vida, la cual se procesa en lo oculto y secreto (de ahí ‘secretar’) de nuestros órganos sexuales. Veamos entonces la carta celeste de Vidocq.



Vaya, vaya!!... en conjunción al Asc. nada menos que Plutón, que rige la nariz, el sentido del olfato, por lo tanto, la respiración; el crimen organizado y a los detectives e investigadores secretos (es señor del MC, la profesión); un planeta que descubre todo lo que está oculto y que pone en evidencia las zonas más corruptas y oscuras de la psique. Se encuentra en trígono con Neptuno en VII (los demás, delincuentes como los ladrones), astro que gobierna esas energías y emanaciones sutiles,  gaseosas, vaporosas, etéricas, como lo son las esencias odoríferas y los perfumes (de humo), indicando esa facultad, ese poder y conocimiento oculto de la psique (Plutón) que tenía de los demás (Casa VII) a través de esas vías sutiles (Neptuno).
En general, es una capacidad que todos los seres humanos tienen, algunos en estado latente, otros más o menos desenvuelta, pero en cualquier caso, considero que son los nativos de escorpio o que tengan a un plutón dominante, como en el caso de Vidocq, quienes la tienen más desarrollada. Yo soy Asc Escorpio (Plutón sextil Neptuno), y aunque en muchísima menor intensidad que él, por supuesto, tengo un ‘olfato investigador’ (!!), como el del franchute de marras, para detectar la índole de las personas. ‘Huelo’ a distancia sus buenas o malas intenciones.
¿Qué culpa, si soy Escorpión!!?...
Desde luego, esa capacidad olfativa, de carácter psíquico, digamos, nada tiene que ver con los olores comunes y corrientes resultantes de la falta de higiene, la “chucha”, como se dice popularmente en Colombia, sino de la percepción del olor peculiar que emiten los diferentes estados de  ánimo (emociones, sentimientos), mentales y espirituales, buenos o malos.
(1) como podemos deducir, las ceremonias de coronación reales son todo un ritua mágico


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