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LA ASTROLOGÍA EN LA TEORÍA Y LA ASTROLOGÍA EN LA REALIDAD

Por Alan de Los Mares




La Astrología en esta sociedad occidental se ha degradado a un ordinario juego de azar, cuando en realidad su esencia más prístina, su base fundamental está cimentada en los grandes y profundos principios y leyes trascendentales que nos permiten evolucionar en todas las esferas del ser. Por ello, hoy en día, numerosos practicantes de La Ciencia De La Luz pretenden reducir su radio de acción - que comprende un vasto campo de útiles aplicaciones para el desarrollo personal - a un mero y vulgar ejercicio de “predicción”, y por otra parte creen los legos (y hasta algunos astrólogos!) que el influjo de los astros tiene algún “poder” o efecto “mágico” para resolver felizmente las diversas situaciones adversas que los agobian. 

Los astrólogos de la New Age se dedican inmadura e irresponsablemente a pronosticar en serie toda suerte de eventos que terminan no sucediendo, aún cuando se apoyan en las más variadas, complejas y avanzadas técnicas de predicción. El común de las personas, sujetas a una creencia colectiva, colocan su fe en el horóscopo y aceptan de buen grado las recomendaciones simplistas y superficiales de esta clase de nuevos adivinadores - digo bien -, quienes tercamente se empecinan - apegados al discurso de lo confuso y ambiguo, que gana incautos - en desconocer que su “infalible” capacidad “predictiva” no les funciona. 

La astrología no es una bola de cristal que nos permita ver diáfanamente y con exactitud todo lo que nos puede acontecer en un momento concreto del tiempo - el día y la hora nadie lo sabe - dijo un día el nazareno... pero una masa enorme de personas creen que el astrólogo es vidente y taumaturgo a la vez, y que por lo tanto puede proporcionar fórmulas mágicas que les permitan hurtarse a los malos efectos de precisos ciclos nefastos claramente reflejados por las celestes influencias sobre su cielo natal; suponen vanamente que les puede vaticinar sin margen de error cuándo su vida va a cambiar radicalmente, en un sentido u otro: de la ruina total a la riqueza absoluta. 

En la vida no existen fórmulas mágicas, y tal vez una vida organizada bajo las directrices de un libre albedrío asistido por la inteligencia, la razón y la férrea voluntad sea la herramienta que posibilite - hasta donde ello sea viable -mutar en parte los determinismos de nacimiento y los sobrevinientes como resultado del mal empleo del mismo; La astrología nos permite descubrir en el mapa natal - a grandes rasgos - cuáles son las predisposiciones o potencialidades que traemos para cumplir con lo que en líneas generales viene señalado en él por la mano del Karma; pero sin embargo, somos nosotros - a través de la acción - los que podemos dar el paso y aprovechar esas aptitudes y capacidades... El cielo de nacimiento es la hoja de ruta, y sólo a través de la acción puesta en movimiento por la inteligencia, la razón y la voluntad, reiteramos, podemos llegar a donde deseamos llegar;  Este mapa (o conocer este mapa) por si solo no nos lleva a parte alguna, sólo nos indica en qué dirección podemos ir, pero el paso, la acción, deben concretarse en el plano físico. 

Otro punto es que cada área de la vida es independiente una de la otra, formando un complejo entramado en que los hilos del destino (en períodos bien definidos) van elaborando de modo diverso y hasta contradictorio el tejido de la vida humana; así, en un momento dado los tránsitos, progresiones, direcciones, etc, señalan las épocas en que hay grandes oportunidades o posibilidades de crecer en la economía, tener éxitos profesionales, laborales, sociales, en las relaciones de pareja y con los demás o de cualquier otra índole, etc, pero también en que se insinúan amenazas y dificultades, problemas y obstáculos de todo tipo que atentan contra nuestra paz, tranquilidad y bienestar... 

Ahora bien, cuando tomamos conciencia y reconocemos que somos seres destinados a crecer en lo individual, unificamos todas esas áreas de vida y nos abocamos a través del poder de elección, a dirigir - sabiamente - de forma conciente nuestro destino.

Efectivamente, muchísimas personas simpatizantes de la astrología, neófitos o simples curiosos pero desconocedores en lo absoluto de la materia, se imaginan al astrólogo como una suerte de adivino que eventualmente lo sabe todo sobre la vida de las personas que acuden en busca de su ayuda, pero que además - por esa razón - puede predecir “infaliblemente” lo que va a acontecer en el curso de la misma, generalmente en el sentido más optimista y halagüeño conforme a las exageradas expectativas del sujeto acerca de los temas más recurrentes en las consultas astrológicas: salud, dinero y amor. En ese orden de ideas - se imaginan -, esta antigua sabiduría tiene la “solución sobrenatural” para todos los problemas y situaciones calamitosas que surgen en el transcurso de la existencia, que torturan, azotan al ser humano y lo hacen infeliz. Nada más alejado de la verdad, desde luego. 

El devenir del mundo, el eterno fluir de todo lo existente, está sometido a leyes inalterables e inexorables sabiamente ordenadas en que todo se desenvuelve rítmicamente de acuerdo a ciclos y periodicidades armónica y perfectamente engranados, y no caóticamente, por azar o generación espontánea, como supone esta forma de pensar utópica y fantasiosa de muchísimos de sus desinformados - para decirlo eufemísticamente - seguidores, quienes también se figuran que las mismas pueden ser neutralizadas o anuladas merced al super humano “poder” que en su errónea percepción atribuyen al astrólogo. Así, nos encontramos con gente que enfrenta serias vicisitudes y contrariedades en diversas áreas de su vida, consecuencia del nulo, malo o deficiente ejercicio del libre albedrío y la falta de planificación conciente e inteligente de su accionar en la vida, que creen hallar la solución extraordinaria a las mismos en la astrología, y de la mano de un experto en este antiquísimo saber. 

A semejanza del médico, el sabio estelar pude diagnosticar con claridad las causas, las razones, de las circunstancias y hechos negativos que se manifiestan y producen en determinadas épocas del itinerario vital de un individuo, y en consecuencia, sugerir la línea de conducta a seguir, las medidas a tomar, para contrarrestar - hasta cierto punto - su efecto negativo y dañino; aunque bueno es enfatizarlo, a diferencia del galeno, el radio de influencia del astrólogo sobre el consultante es menor y más restringido (1), pues depende enteramente del grado de toma de conciencia que pueda despertar en la persona sobre las etapas que vive (lo que es indispensable para movilizarlo a la acción correcta), indicadas claramente por la astrología, y que no dicen nada a la limitada y cerrada mentalidad de éste. Es bien difícil - por no decir casi que imposible - hacerle comprender a un alcohólico empedernido que afronta serios problemas económicos la necesidad, la obligación imperiosa, de luchar contra ese vicio nefasto para salvaguardar sus agotadas arcas, o al menos, de ajustarlo a sus realidades económicas, lo que conllevaría a un doble progreso personal: por un lado, la superación de una terrible enfermedad, y por el otro, alguna mejora económica al cerrar la válvula de escape al derroche de dinero en las cantinas. 

De todo lo anterior se desprende que falta mucha información y divulgación sobre los alcances y limitaciones de esta disciplina, como ya se anotó al comienzo. Es necesario colocar la astrología en un contexto real que no induzca a engaños y confusiones.Si bien es cierto que está fuera de toda duda la efectiva realidad de las influencias astrales y cómo las mismas dejan su impronta en un marco de referencia espacio-temporal determinado, reflejando cómo se desenvuelve dentro del mismo el destino de un ser humano o una colectividad, porque indudablemente las energías astrales tienden a comportarse según su naturaleza, y a plasmar su influencia durante sus propios ciclos; Es decir, un tránsito de Saturno (en términos generales) en cualquier sector de la carta siempre será generador de problemas, obstáculos, limitaciones, etc, relacionados con dicha área de la vida, y se puede esperar por lo tanto que ocurran circunstancias, situaciones y hechos de esa naturaleza durante el lapso de tiempo que dure ese tránsito; No obstante ello, aún se desconocen piezas claves en el funcionamiento de esta ciencia arcana. Como afirma André Barbault: “La astrología necesita construirse (…) Vemos pues que no todo está reglamentado en el conocimiento astrológico. Lo contrario por lo demás no habría hecho más que suscitar sospechas sobre el valor mismo de este conocimiento. Pero éste es perfeccionable (…) tampoco hay que correr el peligro de pedir demasiado a la astrología, esperar de ella más de lo que puede dar. Puesto que esta trata sobre el ser último, su naturaleza y su destino, el hombre posee, en general, frente a ella una actitud impregnada de mentalidad mágica: con la astrología no se tiene derecho a engañarse y si el deber de saberlo todo… incluso sus adversarios tienen esa actitud irracional. Ahora bien, si actualmente éste es un conocimiento que se está formando, que se perfecciona, que obtiene resultados apreciables, es todavía un conocimiento en marcha, que se plantea mil problemas, que comporta mil oscuridades: un conocimiento muy imperfecto, en una palabra, y que no puede, de ninguna forma, tener la pretensión de satisfacer la avidez del saber humano en su terreno mismo. Es como los demás conocimientos humanos: Psicología, medicina….-Y menos avanzada que éstos - que todavía tienen mucho por descubrir. Hay, pues, que aceptar la situación tal cual es”. 

Creemos, entonces, que para comenzar, hay que ir despojando a la astrología, o al menos, la forma de difusión de la misma, de sus abstrusas complejidades y oscuridades.Una es la astrología en la teoría, y otra en la realidad del día a día y en los hechos de la vida de las personas. A continuación podremos apreciar esa diferencia:


Esta por supuesto es la Carta natal de Alan de los Mares, y sobre ella los tránsitos del 6 de Noviembre pasado. En primer lugar, Se observa el tránsito de Venus, (regente de VII, sociedades) en la Casa II (entradas de dinero) en trígono partil con Júpiter Rx (regente de II) en X (actividades profesionales); Venus viene de VIII (dineros compartidos con socios, bancos). Ese día recibí un dinero girado desde el extranjero a través de un banco, por concepto de servicios profesionales realizados en sociedad con otra persona. El tránsito de Júpiter (regente de II) pasa por  la Casa IX (el extranjero), y el giro fue enviado desde España, un país de signo Sagitario…

En segundo lugar, vemos el tránsito del Sol y Saturno en Escorpio en conjunción exacta. Ya el día 2 de los corrientes comentaba en mi muro de FACEBOOK:

Ayer algunas personas mayores de edad y de mucha autoridad de mi entorno mantenían una conversación bastante deprimente, sacando a la luz pensamientos bien negativos sobre la muerte, recordando de qué murió el tio fulano y la abuela zutana, etc. Como buen investigador escorpiano que soy, siempre trato de desentrañar y decodificar los mensaje de la astrología. Ayer Mercurio R y el Sol en Escorpio estaban en conjunción exacta los dos y ambos a Saturno, así tenemos: personas mayores (Saturno) de mucha autoridad (Sol) que mantenían una conversación (Mercurio) deprimente (Saturno) sacando a la luz (Sol) pensamientos (Mercurio) negativos (Saturno) sobre la muerte (Escorpio). Francamente se queda uno aterrado con los alcances de la astrología!. Va de retro, Satan!, va de retrooo!...”

Y agregaba en un comentario:

“Una de esas personas mayores es mi padre (87 Años), y se me olvidó mencionar que venía indispuesto hace algunos días (talvez ese sea el motivo de la conversación), razón por la cual se hizo algunos exámenes, y esta mañana un hermano médico (Escorpio) de signo Escorpio!, leyó (Mercurio) los resultados y descubrió que tiene una pequeña infección urinaria relacionada con la próstata (Escorpio). Por si acaso, mi padre es de signo Géminis (Mercurio!)...”


Aquí la gráfica de los tránsitos de ese 2 de Noviembre:

Pues bien, esas pequeñas molestias en la salud que venía padeciendo mi padre (relacionadas con la próstata, Escorpio) se agudizaron justamente ese día 6 cuando el tránsito del Sol y Saturno estaban en conjunción partil en Escorpio. Por si acaso, el Sol Rx está en IX, que por derivadas es la VI de la IV (la salud del padre), y Afortunadamente, Júpiter transita la IX precisamente en conjunción al Sol Rx y ya mi padre está perfectamente bien!...

Saquen ustedes ahora sus conclusiones sobre las diferencias entre la astrología en teoría y la astrología en la realidad…

 (1) La generalidad de las personas tienen una conciencia bien despierta sobre la importancia de la salud, de manera que están bien dispuestas a seguir las indicaciones y prescripciones del facultativo, además que las medicinas actúan efizamente per se, no así las recomendaciones del astrólogo.